Descripción real e irreal de Bea

Mi vida era muy monótona, nunca ocurría nada en ella, del trabajo a casa, de casa al trabajo, tengo que decir que yo era correctora.

Todo cambió cuando Bea apareció en mi galerada. Yo pasaba las hora en mi cuartucho leyendo y corrigiendo, hasta que un día ese libro me atrapó, y no hablo metafóricamente, sin saber cómo estaba en una pequeña aldea, estaba sola hasta que una voz muy amigable me llamó:

- Hola –dijo con una bonita sonrisa a la vez que tocaba mi hombro una mujer unos 20 años mayor que yo, con su melena y muy bien vestida.

Yo me volví de golpe y sobresaltada, pero, al ver su cara, no sé por qué, me transmitió una paz que me calmó. Y como si fuera una amiga de toda la vida empezamos a hablar, hablar, hablar. Entre todo lo que me contó, me dijo que estaba casada con un ingeniero, que tenía como hobby pasarse horas y horas observando las ardillas, y muchas otras cosas que no debo contar.

La verdad es que yo me encontraba muy bien con ella y en esta aldea tan bonita llamada Las Virtudes, pero quería volver a mi casa y ella, que era muy lista, lo sabía, por lo cual tenía que retenerme, sin que yo me diese cuenta, en aquel precioso lugar; y hasta que llegase su marido, su única arma era su simpatía y su magia a la hora de hablar, la cual podría llegar a hipnotizarte.

Consiguió su propósito y me mantuvo allí hasta el anochecer, cuando llegó un hombre muy apuesto y bien vestido, lo cual sorprendía en aquella humilde y solitaria aldea.

Fue entonces cuando me contaron la verdad, ellos dos vivían allí solos, se alimentaban a base de tortillas de patatas, pues tenían gallinas y un terrenito donde plantaban patatas; nadie podría llegar a esta aldea, y, por tanto, nadie podía salir, excepto él.

Por fin, me dieron libertad para moverme por la aldea, pero una libertad relativa, pues a unos 10 metros siempre estaba Bea, fue en ese justo momento cuando me di cuenta que nunca saldría de allí, que esta sería mi nueva vida, y que debía empezar a ver a aquellos señores como mi nueva familia.

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