Aún recuerdo el momento en el que Diana hablaba de belleza interior y exterior en Mulligans. Era jueves, bueno, en realidad ya era viernes. Habíamos hecho una cena de clase y ella se había pasado toda la velada relatando sus aventuras en Argentina, aquel país que tanto la maravillaba, a pesar de que había ido sólo una vez y no de vacaciones, sino en busca de su abogada. Diana es una chica divertida, sincera, simpática, faltan adjetivos para describirla, siempre está dispuesta a regalar sonrisas y a enseñarte a dibujar animalitos en clase. A pesar de esto, no todo son risas con Diana. Retomemos, pues, la historia con la que comenzamos. El motivo por el cual fue a Argentina a por su abogada fue porque se acercaba el juicio y ella estaba dispuesta a ganarlo. Había denunciado a su vecino, un chico malvado que envenenó a su hamster. Estaba muy afectada por la pérdida de su animalito, pues era como su ángel de la guarda y digo esto porque fue quien la salvó del ataque de las berenjenas asesinas. A ella no le asustaba la maldad de este alimento, eso era lo de menos, pero les tenía pánico, horror, fobia, no podía acercarse a ellas desde aquel incidente con una berenjena de Almagro en el que...

Alejandra Serrano Rivera